El cambio de horario ha despertado controversias durante años. Todo parece indicar que él tiene sus días contados. A continuación explicamos a qué hora es el cambio de horario, por qué sigue en vigor y cómo afrontarlo.
¿Todavía cambiamos la hora este año?
Sí. No obstante, existe un proyecto de directiva que suprime los cambios de hora estacionales en la UE a partir de 2021. En marzo de 2019 los eurodiputados votaron a su favor, pero él todavía necesita la aprobación de los Estados miembros. Según la directiva, el gobierno de cada país podrá decidir cuál de los horarios – de invierno o de verano – será adoptado de forma permanente. La idea de abolición del cambio de horario ha sido apoyada por los ciudadanos de la UE. En concreto, en el verano de 2018, la Comisión Europea celebró una consulta pública en la que participaron 4,6 millones de personas – el número de las respuestas fue más grande en la historia. Un 84% de los encuestados en general y un 93% de los españoles se manifestaron a favor de suprimir el cambio bianual de horario. La mayoría de las personas votó por mantener el horario de verano.
¿Cuándo cambiamos las manecillas?
El cambio de hora de verano será el último domingo de marzo que este año cae en el día 29. En este caso, el reloj se adelanta una hora, es decir, a las 3 de la mañana vuelven a ser las 2. Los computadores y móviles deben ajustar la hora automáticamente. Si necesitas cambiar las manecillas del reloj tradicional, la mejor idea es hacerlo el sábado por la noche para levantarse el domingo con la hora real. El cambio de horario significa que el día 29 de marzo solo tendrá 23 horas. La buena noticia es que con el horario de verano amanecerá y anochecerá una hora después, de modo que podremos aprovechar de más tiempo de luz solar por las tardes.
¿A qué se debe el cambio de horario?
Los cambios de horario tienen como objetivo el ahorro de energía, debido al menor consumo de la electricidad y aprovechamiento máximo de la luz solar. Los primeros intentos de aplicar esta medida se remontan a la Primera Guerra Mundial. Posteriormente dos horarios se reintrodujeron en los años 70 durante la crisis del petróleo. En España, el cambio de horario permanente se estableció en 1981. Las opiniones sobre la eficacia de esta solución están divididas. Según algunas investigaciones, el horario de verano sí que permite ahorrar energía durante las noches, pero al mismo tiempo se gasta más durante las horas de mañana, previas al amanecer. Por otro lado, los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) demuestran que en España el ahorro energético potencial asciende a un 5% gracias al cambio al horario de verano.
¿Qué efectos tiene el cambio de hora en la salud?
El cambio de horario puede tener varias consecuencias negativas en nuestra salud y bienestar en general, que es uno de los argumentos para su abolición. Sobre todo afecta a la calidad del sueño de una manera parecida a la del jet-lag. La alteración del ritmo circadiano puede causar insomnio, somnolencia o irritabilidad. Después de dormir una hora menos, podremos también observar el déficit de atención en el trabajo cuyo horario sigue siendo el mismo. La fatiga relacionada con la reducción del sueño puede ser especialmente peligrosa para los conductores y aumenta el riesgo de los accidentes de tráfico. Según varias investigaciones, el cambio de horario en marzo provoca el aumento del número de infartos.
¿Cómo prepararse para el cambio?
Este cambio va a ser difícil para nuestro organismo, pues perdemos una hora. Sin embargo, hay varias maneras para minimizar los efectos nocivos de la alteración de la rutina del sueño. Primero, podemos comenzar a prepararnos gradualmente dos o tres días anteriores al cambio de horario, levantándonos quince minutos más temprano cada día. Una buena opción es también practicar el ejercicio físico moderado que libera hormonas con efecto relajante en la mente y en el cuerpo. De todas las maneras, ten en cuenta que no es aconsejable hacer deporte 2-3 horas antes de acostarte. Podemos también cuidar de la calidad de nuestro sueño, evitando el uso de dispositivos electrónicos antes de ir a la cama, ventilar el dormitorio y oscureciéndolo con p. ej. estores opacos. Por otro lado, no se recomienda tomar medicamentos para dormir. El cuerpo normalmente necesita tres días para adaptarse al nuevo ritmo, pero esperamos que con estos consejos ni siquiera notarás el cambio.
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